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El agua más turquesa, al otro lado del mundo

El mundo está repleto de fantásticas playas. Cada una a su manera y con diferentes encantos. Unas son muy divertidas y populares, otras gigantescas casi solitarias y las hay para intrépidos del agua fría, también más calentitas donde me incluyo. ¡Para gustos los colores! Sin embargo, algo que he solido comprobar es que a todos nos gustan y nos llaman la atención, esas playas de las fotografías que pululan por internet de playas como de fantasía, casi vacías y de aguas con un azul intenso pero muy claro y transparente. Hay varios lugares en el mundo donde disfrutar de playas así, playas de arena blanca, agua turquesa y fondos transparentes pero probablemente las más alejadas y recónditas son las de Polinesia Francesa. Y de entre todas sus islas, la más famosa, Bora Bora.

Quizá porque estas islas se encuentran en la otra punta del mundo, a unos 16.000 kilómetros de España, y apenas tienen turistas, tienen unas playas cristalinas, inmensas y casi vacías para disfrutarlas con total tranquilidad. Aunque para ser realistas no todas las islas de Polinesia Francesa tienen aguas turquesas y arenas blancas (aunque sí son por lo general playas muy tranquilas). Concretamente las playas más “vistosas” son las de los archipiélagos (se compone de cinco) de Las Islas de la Sociedad, donde se encuentra la famosa Bora Bora y las Islas de las Tuamotu, al este de las primeras. Por ejemplo, Tahití (la isla principal) es de origen volcánico (como las demás) pero sus playas son de arena negra y ésto hace que aunque el agua sea transparente, al tener fondo oscuro, no luzca tan turquesa como en otras islas. Sin embargo, en la isla que está a media hora en ferri de Tahití, Moorea sí que hay playas turquesas que merecen una buena y larga visita.

De todos modos, y de todas las islas que hay, como decía al principio la más famosa es Bora Bora. Y no es famosa por que sí. La gama de azules de su laguna (la isla está rodeada de un arrecife que crea una especie de piscina gigante turquesa, tranquila y llena de vida) es incomparable. Su playa más famosa es la de Matira. Una playa pública de azul turquesa intenso y arena blanca en la que disfrutar del agua a, más o menos, 24 grados de temperatura y donde podrás disfrutar, casi desde la playa, de la vida marina con tus gafas de bucear. Y no te preocupes, si ves algún tiburón (aunque en esta playa no son muy comunes) ¡No muerden!

Otra de las experiencias que ofrece Bora Bora, como tantas y tantas islas en Polinesia, es el snorkel y el buceo. Ambas actividades permiten disfrutar de la laguna en diferentes dimensiones. Lo suyo, siempre que se sepa y pueda, es no solo hacer snorkel sino también bucear. Y así podemos disfrutar de los tiburones desde abajo, cosa poco habitual porque siempre los solemos ver desde arriba. Además, una de las virtudes de la isla, es que el agua es muy clarita, por lo que la visibilidad es considerable y así se puede disfrutar de un paisaje mayor.

Aunque el turismo, como decía, es escaso quizá Bora Bora sea una de las islas por porcentaje de población donde más recién casados hayan ido o pedidas de mano se hayan hecho. Y es que una celebración con un telón de fondo azul turquesa, luce mucho.

 

 

 

 

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