Tengo 20, y 20 más quiero cada verano. ¿Por qué?.
Regresan las altas temperaturas después de una semana de lluvias y peor tiempo.
Cuando por aquí vuelve a ser un horno, hay tres cosas sin las que no puedo pasar:
- Agua – ¡un montón! – a veces sola, a veces con fruta o pepino.
- Un vestido – suave, fresco, con un toque romántico o playero…
- ¡Una buena escapada!. No tiene por qué ser el sitio más paradisíaco, sólo un sitio especial, y con la mejor compañía, ¿no te parece? 😉
Regenerar las energías y renovarme ayudándome de las buenas temperaturas es un must para mí. Y como ya sabes que hablar de moda es lo mío, no puedo dejar de lado el tema de los vestidos que te he contado antes.
Cuando se trata de vestir casual y fresquita para el verano, aconsejo (y elijo) siempre un vestido blanco ibicenco.
Esas telas finísimas, las siluetas estratégicamente holgadas y esos diseños sueltos son el icono del verano, especialmente el que recuerda a playa y fiestas al atardecer. Estos adorables vestidos son el complemento perfecto para casi cualquier actividad que hagas en el caluroso veranito, aportando el toque glamouroso y chic del que no podemos prescindir.
Para conocer la historia del vestido blanco ibicenco y ver los mejores vestidos Ibicencos diseñados, fabricados y distrubuidos por la marca Whitefashionbeach con materiales de alta calidad, pásate por su tienda on-line. Debo agradecerles que me hayan cedido las fotografías de sus hermosas creaciones para ilustrar el post.
¿Crees que el vestido Ibicenco es sólo blanco y largo?
Sigue leyendo y busca tu estilo impecable.
MÁS FRESCOR IBICENCO, POR FAVOR
El blanco es color rey del verano por la naturalidad y la frescura que transmite. ¡Lo necesitamos en nuestras vidas!.
Un consejo rápido que te doy, porque la naturalidad del blanco a veces casi se pasa a «transparente»… Si te preocupan las transparencias con estos vestidos y otra ropa blanca, prueba las braguitas de promise. Se adaptan a tu cuerpo y a tus necesidades con infinitos modelos y tonalidades disponibles para evitarlas en cualquiera de tus looks del verano. Créeme, despreocuparte de estos detalles te harán sentir mil veces más cómoda y mejor vestida.
El vestido ibicenco no es sólo largo. Tanto la largura mayor como la más corta tienen sus momentos más pertinentes en el día y la noche veraniega. Ambos irán bien con los mismos zapatos (sandalias, cuñas ¡incluso botas para darles un toque boho o festivalero!).
Con cualquiera de estos vestidos irás perfecta si lo acompañas de complementos plateados y con pedrería, y una pamela, una corona de flores o un pañuelo formando un turbante. También puedes comprobar cómo con cada diseño miman al milímetro dónde aparece la holgura y dónde hay que ceñir el tejido al cuerpo. Todos estos detalles, además de los esquisitos adornos y estampados, son los que hacen resaltar unos vestidos ibicencos de otros: la gran calidad y cariño con los que se confeccionan.
El secreto está…
La quintaesencia del vestido icono del verano reside en la belleza del diseño del patrón y los adornos, así como de la calidad de su tejido. Que sea tan fino que te haga sentir los aromas del mar y la brisa en cada poro, y tan cómodo y fresco que casi te olvides de su presencia. Pero sabiendo siempre que te queda como un guante.
No hay una silueta a la que no le queden perfectos.
Espero que estés pasando un verano de 10, con la mejor compañía, en sitios especiales y con bien de fresquito y moda chic. Me lo puedes contar abajo…
¡Un besazo!
Moni
He leído con mucho interés tu artículo sobre La quintaesencia del vestido Ibicenco.
Me encantan estos vestidos.