El sérum facial se ha convertido en un paso imprescindible dentro de nuestra rutina de cuidado de la piel. Su textura ligera y alta concentración de activos lo hacen ideal para tratar necesidades específicas de cada una. El tipo más famoso y seguramente usado es el serum hidratante, pero existen otros tipos que quizá te vayan mejor. Aquí voy a contarte algunos otros sérums que pueden serte muy útiles en diferentes etapas de tu vida o de las necesidades concretas de tu piel, ¡que pueden cambiar con el tiempo!
¿Por qué incluir un sérum en tu rutina?
A diferencia de una crema, el sérum actúa de manera más directa sobre las preocupaciones de la piel gracias a su alta concentración de principios activos. Su uso diario, antes del tratamiento habitual en nuestra rutina, potencia los resultados y mejora la eficacia del resto de productos.
Tipos de sérum facial según las necesidades de la piel
-
Sérum hidratante: Ideal para pieles secas o deshidratadas. Restaura la barrera cutánea y devuelve la luminosidad perdida.
-
Sérum para piel grasa o con tendencia acneica: Regula la producción de sebo sin resecar, manteniendo el equilibrio natural.
-
Serum antimanchas: Formulado con vitamina C y activos despigmentantes que ayudan a unificar el tono y recuperar la luminosidad.
-
Sérum antiedad: Favorece la producción de colágeno y mejora la firmeza, suavizando las líneas de expresión.
-
Sérum para piel sensible o con rosácea: Calma y refuerza la piel reduciendo rojeces y sensación de tirantez.
Recuerda ponerte primero el sérum, y una vez bien absorbido, aplicar encima la crema hidratante (o la que uses habitualmente). El orden de aplicación es importante: siempre después de la limpieza se utilizan las fórmulas más líquidas, que penetran con facilidad en las capas más profundas de la piel, y poco a poco se van sumando las texturas más densas o “sólidas”, que sellan la hidratación y refuerzan la barrera cutánea.
Lo bueno del sérum es la facilidad y rapidez con que actúa, gracias a su textura fluida y alta concentración de principios activos. En pocos segundos se absorbe sin dejar sensación grasa, permitiendo que la piel respire y quede preparada para recibir el siguiente paso de la rutina. Su uso constante, mañana y noche o según lo indique la marca, mejora visiblemente la textura, la luminosidad y el tono del rostro, potenciando los resultados de cualquier tratamiento posterior.
Dónde encontrar el sérum adecuado
Estos productos pueden encontrarse fácilmente en farmacias, parafarmacias y tiendas especializadas en cosmética. Comprar en estos establecimientos garantiza que los productos han sido conservados y manipulados de forma adecuada, además de ofrecer asesoramiento profesional sobre cuál se adapta mejor a tu tipo de piel.
La importancia de confiar en marcas de referencia
Para elegir un sérum no deberíamos dejarnos llevar solo por la moda o la publicidad, sino en la confianza que generan las marcas con su trayectoria. Las firmas con años de experiencia en dermocosmética trabajan con formulaciones testadas dermatológicamente, priorizando la tolerancia, la eficacia y la seguridad. Apostar por marcas reconocidas es una forma de cuidar tu piel con garantía, asegurando resultados visibles sin comprometer su salud.
Encuentra el sérum que mejor se adapte a ti
El mercado ofrece un sérum antiedad para cada tipo de piel, formulado con activos dermatológicos de alta tolerancia. Ya sea para hidratar, iluminar, calmar o tratar manchas, hay un sérum diseñado para responder a cada necesidad específica y acompañar tu piel en todas sus etapas.
Aquí te dejo un post sobre qué haces mal en tu rutina de belleza antiedad,¡no te lo pierdas!
¿Usas sérum?¿Eres «infiel» a tus marcas?
¡Sé parte del club suscribiéndote!