El miedo y la inseguridad con nuestro cuerpo nos paraliza en muchas ocasiones. Crear una marca personal (ahora que está de moda decirlo así) con la que celebremos nuestras diferencias no se consigue fácilmente. Y que los demás las respeten, aún menos. De alguna manera se ha vuelto socialmente aceptable comentar «tontamente» por ejemplo el peso de quien tienen en frente, cuando es algo terriblemente hiriente y la opinión no ha sido solicitada. Eso es muy poco cool: exige a los demás que no te lo hagan. Estoy harta de leer que lo que tengo que hacer es cambiar yo y quererme: es verdad, igual puedo quererme más, pero eso no licita a los demás a comentar en mi cara lo que les parezco.

La vida real no es Sexo en Nueva York (aunque según que capítulos veas, se parece bastante), y el miedo de sentirnos mal con nosotras mismas nos coarta en muchos aspectos, y muy sutiles de nuestra vida. Con razón o sin razón, normalmente el sexo y la pasión se ven afectados.

Y como sentirse mal con una misma no es ningún delito, y somos legión las que tenemos «cosillas» que nos disgustan, inspírate con esta entrevista a Diana Garces de hablandodesexo.com que nos da datos y consejos. Diana es comunicadora – Sex Blogger – Sex Coach y una apasionada de la consciencia, el amor propio y la armonía sexual.

Alguna vez he oído a amigas o he leído en RRSS de chicas a las que les da vergüenza enseñar su cuerpo, incluso el sexo se convierte casi en un momento a evitar. ¿Te llegan muchas consultas de mujeres que no muestran su cuerpo a su pareja? Y de hombres, ¿conoces casos?

He conocido casos de mujeres jóvenes que tienen mucho miedo de mostrar su cuerpo desnudo a su pareja.

Algunas lo hacen solamente con la luz apagada y otras no tienen relaciones a no ser que se quede algo de ropa puesta, casi siempre es la blusa o el sostén.

En cuanto a hombres que tengan problema con mostrar su cuerpo la verdad que pocos casos conozco, salvo alguno que no sabe si su tamaño es suficiente para satisfacer a su pareja, pero ese es un miedo muy común en los chicos, más de lo que imaginamos.

La verdad es que no mucho, ya que hay casos en ambos sentidos y la única relación aparente que noto es el tema de la educación.

Por ejemplo llegan casos de mujeres jóvenes inseguras con su figura y algunas mujeres mayores que son de “otra época”, una donde uno realmente no mostraba tanto.

De hecho hace pocos años me enteré de una tía que tras 40 años de matrimonio nunca había tenido relaciones sexuales ni en el día, ni con la luz prendida. 5 hijos de ese matrimonio y me pareció impresionante la historia, porque con tanto tiempo, algo de confianza debía existir, pero parece que la confianza para esa generación era de otra manera 🙁

Creo que es una mezcla de todo. Puedes ver en mujeres jóvenes hoy en día sentir inseguridad en su físico por temas que van principalmente a que el estereotipo de “cuerpo perfecto” que se vende en los medios de comunicación no lo cumplen y eso hace que se atormenten y se sientan muy inseguras.

Pero también lo podemos ver en gente mayor que ha sido criada en una época diferente y que culturalmente tiene unas creencias y costumbres que, aunque pueden haber cambiado un poco, se mantienen firmes porque es lo que aprendieron de jóvenes.

Y desde luego la sexualidad cambia entre hombres y mujeres, porque estamos en una sociedad donde hay una gran diferencia entre géneros. Es así, y lo notamos en temas que van desde la promiscuidad, las relaciones y el cómo se ve si una mujer tiene muchas parejas sexuales y cómo se ve si es un hombre, por citar algo tan típico y normal como eso :/

Aceptarnos a nosotras mismas debería ser una tarea que nos enseñen en casa, pero muchas veces las mayores críticas vienen de alguien de la familia y es ahí donde radican muchas de nuestras inseguridades y miedos.

Trabajar el amor propio y la aceptación de nuestro cuerpo requiere una gran fuerza de voluntad, porque todos los ejercicios que te recomiende estarán enfocados en verte, tocarte, decirte cosas bellas, encontrar partes de ti que te gusten y potenciarlas, porque a la final lo mejor que podemos hacer y el ejercicio que más beneficio nos dará será descubrir que:

1) no somos perfectas y no tenemos porqué serlo y

2) el amor empieza primero en uno y no debemos buscarlo en otras personas o llenar nuestra falta de él con otras cosas.

Así que el consejo principal sería buscar la motivación porque al fin y al cabo ésta es la que te ayudará a seguir adelante cuando la cuesta se ponga tan difícil que no puedas seguir, cosa que pasará más de una vez.

Lo otro es que si no encuentras motivación, busques un grupo de mujeres que como tú necesitan encontrar en la aceptación de su cuerpo un camino hacia la libertad y el amor propio.

Lo primero siempre es empezar con uno, porque hasta que tú no puedas verte a ti misma, será muy complicado dejar que otros te vean.

Mi consejo sería que empieces por mostrar tu cuerpo a ti misma, sin nada de por medio, completamente desnuda frente a un espejo. Mirando cada gordito, huesito o curva mal puesta que no te gusta.

Observarte costará al principio, pero la idea es mirarte con ojos diferentes cada día. Te aseguro que si haces esto todos los días, tocando un día algo ya sea tu panza, tus brazos, tus tetas, tus caderas, tus piernas…

A la final, cuando estés desnuda frente a tu pareja, te podrás mostrar sin tantos miedos y con menos vergüenzas.

Pero si lo que buscas es un pañito de agua tibia para pasar la noche de San Valentín, te recomendaría algo de ropa interior sexy, suena a cliché pero funciona, sobre todo porque te hace sentir y ver bien y te ayudará un montón a ganar fuerza de voluntad y motivación 🙂

Así que ya sabes: si te sientes mal contigo misma, saca tu poder para regenerar la confianza y libertad con tu cuerpo. Y para callar bocas, leñe, que ya vale de oír comentarios molestos que no hemos pedido.

Esta entrada es parte del reto #ATBSeptiembre, unas/os bloggers que nos unimos mensualmente para retos e ideas en común, ¡no te lo pierdas!.

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